Secadero será punto de partida del tramo malagueño de la Ruta de los Viajeros Románticos

Málaga quiere recuperar la Ruta de los Viajeros Románticos,  el recorrido utilizado en el siglo XIX para llegar a Ronda desde Gibraltar.

Las obras de adecuación afectarán a las zonas del camino que aún son intransitables y está previsto que comiencen  en enero, con el objetivo de que la ruta esté operativa el próximo verano. El proyecto contará con una inversión de 750.000 euros y se realizará en un tramo de 58 kilómetros en la provincia de Málaga.

El recorrido partirá desde El Secadero, irá paralelo al río Guadiaro para tomar  las veredas de los Pescaderos,  la vereda de las Mentiras y dirigirse a Gaucín. Desde ahí discurrirá por los municipios de  Benarrabá, Algatocín, Benalauría, Benadalid, Atajate y Alpandeire para llegar a Ronda.

La teniente de alcalde de Secadero, Noelia Rodríguez ha manifestado su satisfacción con esta nueva ruta, que supondrá un impulso turístico para la localidad. Un  itinerario que, además  de tener un gran interés histórico y paisajístico para los amantes del senderismo, también  podrá hacerse a caballo y será el primer sendero de la provincia homologado y señalizado por la Federación de Hípica.

La recuperación de esta ruta  ha sido impulsada por la Asociación de Municipios, Empresas e Instituciones del Campo de Gibraltar y la Serranía de Ronda de la Ruta de los Viajeros Románticos (Aruviro).

La Ruta de los Viajeros Románticos fue una de las grandes rutas literarias e históricas del sur de Europa. Tras la abolición de la Santa Inquisición y la apertura de fronteras, muchos románticos extranjeros no dudaron en viajar a España y recorrer en caravanas aquellos incipientes senderos turísticos. La mayoría de ellos llegaron por barco a la colonia británica de Gibraltar  desde donde emprendían la marcha hacia Ronda. Aquellos viajeros románticos de los siglos XVIII y XIX querían conocer la idiosincrasia del pueblo español y visitar, entre otros lugares, los escenarios donde realistas y bandoleros libraron sus particulares batallas o los monumentos que dejaron los musulmanes en la Península Ibérica.