La última polémica desatada por Ana Obregón nos lleva a preguntarnos si el deseo de ser madre o padre implica siempre hacer algo bueno. Hablamos de gestación subrogada y de los vientres de alquiler. Y del destino de un niño que viene determinado por un contrato. Porque, realmente ¿tenemos derecho a imponer nuestras emociones por encima de la moral?