Olvido Guzmán nos sumerge en una novela juvenil que juega con dos conceptos opuestos: vampiro y vegetariano. Solo con el título ya nos despierta la curiosidad… y lo que encontramos dentro es aún mejor.
Una historia original y divertida —como tantas buenas historias juveniles—, que nos recuerda a los grandes nombres de la literatura fantástica, como Drácula, pero desde un enfoque fresco y lleno de humor. Es una de esas lecturas que atrapa a los más jóvenes y que los adultos también podemos disfrutar de un tirón. Porque hay libros que, aunque pensados para pequeños, despiertan el placer de leer en cualquier edad.