Escolares del colegio Blas Infante se acercan a las labores tradicionales del campo gracias al proyecto Crestellina, un acuerdo entre la quesería casareña y el Ayuntamiento que pretende que las nuevas generaciones no pierda el contacto con la tradición agrícola y ganadera.
Volver a la naturaleza y encontrarse con lo auténtico es el objetivo de este proyecto de inmersión que quiere ampliarse a otros centros escolares. A través del mismo, el alumnado entra en contacto con las tres fases que desde la quesería ponen a su disposición.
Los primeros talleres están centrados en el pastoreo, la domesticación de los animales y el uso de la honda, los escolares aprenderán a lanzarla y harán concursos entre ellos. Juan Ocaña, propietario de la quesería.
En la segunda fase los escolares se centrarán en la huerta y aprenderán las tareas de siembra, plantación y recolección, este taller también contará con una parte más artística en la que elaborarán un espantapájaros.
El último taller profundizará en la transformación de los alimentos y explicará a los escolares todo el proceso hasta la elaboración final del queso. Las próximas jornadas están previstas para el 11 de abril y el 2 de mayo.